El ojo y el desarrollo económico

13/09/2012

Hace unos días Lucas Llach publicó un post sobre el carácter evolutivo del ojo humano. Voy a tomarlo como excusa para comentar un trabajo académico que usa la variación en la incidencia de enfermedades oculares para explicar el desarrollo económico. 

El documento de trabajo en cuestión es «Eye disease and Development» de Thomas Andersen, Carl-Johan Dalgaard y Pablo Selaya. Este es el abstract:

This research advances the hypothesis that cross-country variation in the historical incidence of eye disease has influenced the current global distribution of per capita income. The theory is that pervasive eye disease diminished the incentive to accumulate skills, thereby delaying the fertility transition and the take-off to sustained economic growth. In order to estimate the influence from eye disease incidence empirically, we draw on an important fact from the field of epidemiology: Exposure to solar ultraviolet B radiation (UVB-R) is an underlying determinant of several forms of eye disease; the most important being cataract, which is currently the leading cause of blindness worldwide. Using a satellite-based measure of UVB-R, we document that societies more exposed to UVB-R are poorer and underwent the fertility transition with a significant delay compared to the forerunners. These findings are robust to the inclusion of an extensive set of climate and geography controls. Moreover, using a global data set on economic activity for all terrestrial grid cells we show that the link between UVB-R and economic development survives the inclusion of country fixed effect.

Los autores parten de la hipótesis que enfermedades oculares ocasionadas por radiación ultravioleta, como las cataratas, afectan la productividad laboral. Que es un problema serio se ve en la incidencia de cataratas en India y China. Mientras en el primer país casi el 15% de la población de más de treinta años está afectada, en China la incidencia es del 20% de lo adultos de más de 40 años. Que se afecte la productividad laboral en principio no impactaría sobre el desarrollo, sino que resultaría en un menor nivel de producto por habitante (es decir un efecto de nivel, pero no de pendiente). 

El canal de transmisión para que se afecte el desarrollo económico es suponer que la mayor probabilidad de sufrir una enfermedad ocular reduce los incentivos de los jóvenes a educarse (por el menor retorno esperado a esta inversión). Esto retrasa la transición demográfica que sustituye calidad por cantidad de hijos, y genera una diferencia de ingresos entre países con baja y alta incidencia de enfermedades oculares al postergarse la transición al crecimiento sostenido. 

Para estimar la incidencia histórica de enfermedades oculares, para la cual no hay datos, los autores emplean datos satelitales de radiación ultravioleta (que además de aumentar la incidencia de cataratas tiene un efecto sobre la degeneración macular). Realizando un análisis econométrico encuentran que las sociedades que han tenido mayor exposición a radiación ultravioleta son más pobres y tuvieron una transición demográfica más tardía.  Usando datos a nivel regional encuentran que la relación entre este factor geográfico y el desarrollo económico está presente en una regresión más estricta que controla por efectos fijos a nivel país. 

Esta es una contribución más a favor de los factores geográficos en la batalla sobre los determinantes del desarrollo económico entre la «escuela» de las instituciones, representada este año por el libro «Why Nations Fail» de Daron Acemoglu y Jim Robinson, y la de la geografía, representada por el libro «Germs, Guns and Steel» de Jared Diamond. Recuerdo al lector dos post escritos este año al respecto (uno y dos). 


Calentamiento global, optimalidad y realidad

26/06/2012

La semana pasada escribí un post sobre el «resurgimiento» de la geografía como determinante del desarrollo económico, considerando su interacción con el calentamiento global. Desde hace varios años la comunidad académica se ha interesado por el tema del calentamiento global, su causa a través de la emisión de dióxido de carbono, y sus efectos sobre la productividad económica futura.

El ciclo del carbono describe como este se difunde en la atmósfera desde la superficie terrestre para luego ser absorbido a través de los océanos. La concentración de CO2 en la atmósfera afecta la temperatura en la superficie porque este gas absorbe e irradia parte de la radiación térmica de la Tierra (i.e. evita que el planeta «transpire» el exceso de calor). Con la Revolución Industrial se aceleró la tasa de emisión de dióxido de carbono, principalmente a través del uso de combustibles fósiles sobrepasándose la capacidad de absorción natural del ciclo de carbono.

Hoy no hay dudas que este proceso conduce a una elevación de las temperaturas promedio en la Tierra (mayormente de los mínimos). Lo que se debate es la velocidad a la cual aumentará la temperatura durante este siglo, los efectos que esto produce, y la intensidad de respuesta de política adecuada. El segundo punto es el que más llega al ciudadano común, por ejemplo a través del documental «Una verdad incómoda» que transmite un mensaje apocalíptico a pesar del (o gracias al) sopor monocorde de Al Gore. Sobre el primero parece ser que por unos cuarenta años más el calentamiento seguirá siendo gradual para luego comenzar a acelerarse, en caso de mantenerse el status quo. Para evitar esto se recomienda reducir la tasa de emisión de CO2 a través de un impuesto al carbono o restricciones cuantitativas (cap and trade). 

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Geografía vs. instituciones

21/06/2012

Este post debe su génesis a la ola de comentarios que produjo la publicación del libro «Why Nations Fail» de Daron Acemoglu y Jim Robinson (AR). En particular hace unas semanas Eduardo Lora escribió en Foco Económico un post titulado «La geografía no está muerta», y hace unos días salieron en Nada es Gratis notas de Regina Grafe y Mónica Martínez Bravo, criticando y defendiendo los argumentos del libro respectivamente. El debate se da entre los que defienden la tesis de AR que la calidad de las instituciones es el principal determinante del progreso económico, mientras que del otro lado se sostiene que la geografía tiene un poder explicativo igual de importante. La tesis de AR está resumida en el post de Lora: 

En el aclamado libro de Acemoglu y Robinson “Why Nations Fail” se argumenta que las instituciones económicas incluyentes, que incentivan el esfuerzo, son la principal explicación de la prosperidad, y que las instituciones políticas incluyentes son la única base sobre la que pueden subsistir dichas instituciones económicas. Por instituciones políticas incluyentes se entiende aquellas que distribuyen el poder político a una pluralidad de grupos e individuos, con arreglo a ciertas restricciones.

El libro es convincente, la argumentación teórica es impecable y la erudición histórica es impactante, al menos para los legos. Pero hay una gran pregunta que queda flotando, aunque los autores crean haberla respondido: ¿de dónde salen las instituciones políticas incluyentes?

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