No, no es un post sobre política argentina. Es una crítica a recientes discusiones sobre los costos de la deuda, y el Green New Deal en EEUU. Lo puedo resumir en este tweet que escribí hace un mes
Olivier Blanchard en su discurso como presidente de la AEA nos incita a repensar los costos de la deuda pública, y muestra que es normal que la tasa libre de riesgo esté debajo de la tasa de crecimiento del PBI. Esto sugiere (aunque no lo diga explícitamente) que habría que endeudarse para hacer inversiones de alto retorno como infraestructura.
Rápidamente, Paul Krugman en una serie de notas en el New York Times (acá, acá y acá, por ejemplo) adhiere a esta idea y pone como ejemplo el Green New Deal (GND), que es una propuesta agresiva para transformar la matriz de producción energética a fuentes renovables en un período de tiempo relativamente corto. De la última de sus notas, de ayer:
So, first off, investment – typically spending on infrastructure or research, but there may be some room at the margin for including spending on things like childhood development in the same category. The defining characteristic here is that it’s spending that will enhance society’s future productivity. How should we pay for that kind of outlay?
The answer is, we shouldn’t. Think of all the people who say that the government should be run like a business. Actually it shouldn’t, but the two kinds of institution do have this in common: if you can raise funds cheaply and apply them to high-return projects, you should go ahead and borrow. And Federal borrowing costs are very low – less than 1 percent, adjusted for inflation – while we are desperately in need of public investment, i.e., it has a high social return. So we should just do it, without looking for pay-fors.
Si, leyó bien. Krugman se pregunta quién debería pagar por estas inversiones, y se responde, básicamente, que se pagan solas. Parece un político argentino (K, peronista, cambiemita, da lo mismo).
Pero inmediatamente saltan estas comparaciones odiosas (que llamé trilemas en el tweet). Porque si uno puede gastar más porque la tasa de interés libre de riesgo es baja, entonces es tan lícito hacerlo reduciendo impuestos como aumentando la inversión en infraestructura. Y quienes critican una cosa apoyan la otra y viceversa.
Además Krugman se dispara solo en esta cruzada para financiar el GND con deuda, mientras que 3401 economistas en EEUU suscribieron a un llamado a implementar un impuesto al carbono para reducir emisiones. Si yo fuese un furioso fanático por el medio ambiente (como parece ser Krugman, parece), propondría que los recursos recaudados con este impuesto se dediquen primero a realizar las inversiones del GND (bueno, no todas, las que tengan mejor costo/beneficio), y recién luego se devuelvan estos recursos a los ciudadanos como sugiere la propuesta en su punto V.
Volviendo a la deuda, la realidad es que si rf<g, entonces el gobierno puede gastar (g-rf)*D (donde D es el nivel de deuda), sin necesidad de aumentar impuestos y manteniendo el ratio de deuda PBI constante. Pero de aquí no sale una teoría sobre cuál es el nivel de deuda/PBI óptimo. Es más, creo que Blanchard se equivoca diciendo que como hay evidencias que la productividad marginal del capital es más baja esto indica que el costo de la deuda es más bajo. No porque esté mal contablemente hablando, pero su tesis se basa en que rf<g es algo persistente, pero si la productividad marginal del capital baja, inevitablemente llegaremos a una situación en la cual la tasa de crecimiento del producto cae y rf>g, con lo cual el juego de Ponzi se termina. Y puede terminar abruptamente. En esto los argentinos tenemos experiencia.