Una nueva convertibilidad a $39 (+/- $5)

por Santiago Gallichio

El programa monetario anunciado el 26 de setiembre de 2018 en el marco del acuerdo con el FMI es el primer programa monetario serio desde la salida de la Convertibilidad, es decir, el primero que se plantea los objetivos e instrumentos necesarios para lograr llevar la inflación a menos del 5% anual. Básicamente, consiste en no emitir más: base monetaria creciendo al 0% hasta junio de 2019.

La base monetaria creció a un promedio del 26% anual desde 2005 hasta hoy. En el gobierno de Macri, a un promedio del 30% (mínimo 15% y máximo 60%). Con ese crecimiento de la base monetaria, la inflación no pudo sino ser lo que fue: entre 20% y 40% anual. Un enorme desquicio que, no por archiconocido para los argentinos, que lo padecemos desde hace 70 años, deja de ser insoportable. Se debe acabar para siempre esta pésima costumbre, porque es la madre de todos nuestros problemas económicos. Este programa monetario tiene el diseño adecuado: si se cumple, va a dar los resultados necesarios. Al menos tenemos programa correcto. Antes, ni eso. ¿34 meses tarde, Presidente Macri? Más vale tarde que nunca.

¿Este programa es recesivo, como dicen todos los analistas, casi sin excepción? Mi respuesta es ésta: ¿acaso la alta inflación, no es recesiva? La Argentina va de una crisis y recesión a otra durante las últimas décadas. La alta inflación no fue una solución para esto. El control de la inflación, en cambio, sí lo es. Por lo tanto, este programa no es recesivo; recesivo es no controlar la inflación.

¿Cuál será la inflación esperada, si el programa se aplica como se anunció? El programa se “beneficia” de dos últimos meses de altísima expansión monetaria: en el bimestre agosto – setiembre, la base creció al 42% interanual. Es decir, esa expansión, producto del rescate de las Lebac, fue la que generó el salto del dólar de $28 a $38 y la que está llevando la inflación al 34%, con tendencia a ese 42% dentro de unos meses. Congelar la base en este nivel alto da un “colchón” de inflación que permitirá que el descenso sea más gradual, y no un shock. Siguiendo las tendencias previas y aplicando el nuevo programa se puede estimar un nivel de inflación de 25% para julio de 2019: no parece un shock contractivo-recesivo ni mucho menos.

¿Cómo se comportará el dólar? El esquema ideado es ingenioso. Se trata de una convertibilidad, porque sólo se compromete a modificar la base (más allá de los ajustes de estacionalidad lógicos, a través Leliq) a cambio de la compra o venta de dólares. Cuando el dólar sube sobre el techo, el Central vende divisas y esteriliza base, con lo cual, en algún momento, el dólar se debe calmar. Lo contrario sucedería si perforase el piso. Es decir, una convertibilidad a $39, pero con una banda de +/- $5, lo que además le permite al Central hacer alguna ganancia (que puede no ser despreciable) por spread.

De nuevo, aquí se empezó el programa con un “beneficio de inventario”: el dólar ya había ajustado a una base como la actual (llegó a estar en $1.3 bn días atrás), que es mucho más elevada que la que correspondería a una inflación de 34%, por lo que el dólar ya está alto respecto de los demás precios de la economía, ya que es el que ajusta inmediatamente. Con la desaceleración de la base implícita en su congelamiento nominal, el dólar más bien tendrá leves presiones a la baja, pero no al alza. Además, se ajustan las bandas en estos primeros 3 meses, para los que no creen del todo en la consistencia del programa. Desde ya, al principio mandan las expectativas y ello podría generar presiones alcistas, pero hasta tanto se demuestre que el programa va en serio, cueste lo que cueste. Ojalá que el nuevo equipo del Central así lo demuestre, sin titubeos.

Y aquí está, para mí, el punto más flojo del programa, aunque podría parecer anecdótico: el equipo del Central es parte del equipo de Hacienda. Ese diseño institucional no garantiza la independencia del Central y traerá sombras en algún momento.

Es cierto que el frente fiscal está blindado por el FMI. Pero eso no indica que vaya a ser sencillo mantenerlo firme. Y ahí la tentación a flexibilizar el programa monetario “un poquito” va a aparecer y, muy probablemente, va a triunfar, dada la estrechísima vinculación de ambos equipos económicos. La archienemiga “dominancia fiscal” del Central, madre de todos los problemas, asomará cuando menos se la espere.

Esto hoy, en la emergencia, parece un detalle menor, pero es bueno tenerlo presente desde el vamos. Podría haber habido otro referente más independiente de Hacienda en el Central y el programa sería mucho más creíble. Y no me refiero a los pergaminos profesionales del equipo, que los tiene de sobra, sino a un tema de buena gobernanza y, de paso, de respeto al espíritu y la letra de la Carta Orgánica. Acabamos de tener un Central flexible y comprensivo a fin del año pasado y así nos fue.

Están sentadas las bases para salir de la crisis de manera muy sólida. Los timoneles deberán ser férreos y de convicciones inquebrantables. Hasta ahora vienen demostrando ese temple. Ojalá.

3 Responses to Una nueva convertibilidad a $39 (+/- $5)

  1. mgeiras dice:

    Santiago, muy interesante tu análisis.Yo estaba pensando escribir un post sobre la credibilidad de la política monetaria. Cómo adelanto te dejo una pregunta, el crecimiento cero de la base monetaria te da una convertibilidad solamente si la política es creíble. Si hay un ataque especulativo que lleva el dólar por encima de la banda superior no se lo podrá parar (con una convertibilidad en serio vendés todo lo que el mercado te pide). Y este es un equilibrio posible. Basta que una oposición con probabilidad de ganar diga que renegaría del acuerdo con el Fondo para que la devaluación haga insolvente al país (por ratio deuda/PBI), y el gobierno no tendría otra opción que abandonar la emisión cero. Creo que sos muy optimista si crees que la única tentación a relajar la política monetaria vendría por incentivos marginales de dominancia fiscal. Abrazo.

    • Santiago Gallichio dice:

      Entiendo que ese es otro de los puntos que despierta más incertidumbre y debí haberlo tratado en la nota. Mi opinión es que, si se cumple el programa, la venta de dólares en la banda superior debe ser seguida de esterilización de los pesos rescatados, reduciendo la base monetaria en un 0,5% diario (US$150 millones en US$30.000 millones de base). Diez días de compras son 5% menos de base. Eso va fortaleciendo cada día más al peso, por lo que tiende a frenar la corrida en algún punto. De hecho, todo el esquema apunta a que el peso encuentre un valor estable debido a que, por primera vez en 15 años, su cantidad sería fija y no creciente al 20/40% anual. Habrá que ser valientes en la corrida…

    • mgeiras dice:

      Para mi el problema es que el programa es más débil en las contingencias en que sería más importante tener credibilidad. Creo que una corrida seria en cinco días te rompe el sostén político y económico. Y que cuando vayas al Fondo a renegociar probablemente los encuentres hablando con la oposición. Hay que anticipar al menos dos movimientos en este «juego» tan complejo. Abrazo.