Inflación, ¿inflación?, ¡inflación!

En la previa a la discusión de la ley de Presupuesto en el Congreso (donde Cristina busca usar su «duelo» para aprobar el proyecto a libro cerrado, incluyendo patéticas denuncias que discutir las obvias trampas del proyecto buscan «debilitar a la presidenta»), recobró fuerza el debate sobre la existencia de inflación en el país, sus efectos sobre el bienestar, y la forma en que se la puede combatir.

Que en la Argentina hay alta inflación es un hecho que solo puede negar el gobierno, cuyos integrantes además tienen dificultad para pronunciar esta palabra (al igual que la palabra corrupción). Desde la intervención del Indec suelo emplear el indicador de canasta básica del sitio inflación verdadera para tener una idea de como evoluciona la inflación. Desde hace un año, con la introducción de la asignación universal por hijo y el fracaso de la política ganadera de Moreno, este indicador empezó a estar un poco sesgado como medición del nivel general de precios pues presumiblemente alimentos y bebidas (los precios que sigue) han tenido incrementos por encima del promedio. Sin embargo no difiere mucho de otras estimaciones, por ejemplo hace un par de meses Lucas Llach colgó en su blog un gráfico que muestra la aceleración en los últimos meses del IPC en algunas provincias. Y recientemente estimaciones privadas ubican a la inflación de los últimos 12 meses en el rango 25-27%.

¿Por qué tenemos alta inflación? En el año 2004 vino Alfonso Prat Gay a dar una charla en la Universidad de San Andrés, para la cual me pidieron que actuara como presentador/moderador. Al finalizar su presentación le pregunté porqué el Programa Monetario del BCRA estimaba la inflación de ese año entre 4 y 6% si el año anterior las bandas habían estado entre 3 y 5% (y la inflación real de 3,7%). Enojado me respondió que había «ajustes de precios relativos», eufemismo que se sigue utilizando, que no se habían terminado de acomodar. La realidad es que Kirchner lo obligaba a mantener el dólar cerca de tres pesos, cotización que estaba por encima del tipo de cambio de equilibrio según él (y sus críticas a esta política llevaron a que el gobierno no le renovara el mandato en septiembre de ese año). Y mantener el dólar artificialmente alto implica emitir dinero y ello tarde o temprano incrementa la inflación: 6,1% en 2004 y 12,3% en 2005.

Como mostró Santiago ayer en este blog, desde julio de 2005 la emisión monetaria se aceleró. Y a estas tasas de crecimiento de la cantidad de dinero todos somos monetaristas. Decir que la inflación es alta porque el BCRA expande la base monetaria a una tasa interanual del, ¡o qué casualidad 27%!, es trivial, casi como aplicar una regla de tres simple. Bueno, en realidad como bien hacen notar en Quién lo paga? hay que distinguir si la emisión de dinero es exógena – activa – (y por ende causa directa de la inflación), o endógena – pasiva – a otro objetivo de política como mantener el dólar a cuatro pesos, en cuyo caso la causa de la inflación sería evitar la apreciación nominal del tipo de cambio. Pero es obvio que si el BCRA se dedicara a preservar el valor de nuestra moneda, como indica la Carta Orgánica, la emisión monetaria – y consiguientemente la inflación – sería menor.

¿Quienes salen ganando y perdiendo con la alta inflación? Al subestimar la inflación en el Presupuesto el gobierno se beneficia pues, dado que la recaudación impositiva aumenta con la inflación real, puede emplear los excedentes presupuestarios para distribuirlos discrecionalmente, y así condicionar a gobernadores y barones del conurbano. También se beneficia de la recaudación del impuesto inflacionario, que contrariamente a lo que sostiene Boudou, no afecta principalmente a la clase media-alta (algo que la interna kirchnerista ya calificó de burrada). Moyano también se beneficia al negociar con el gobierno desde la CGT el grado de aceleración o moderación del promedio de reclamos salariales. Los empresarios también se benefician pues en un contexto de alta inflación los consumidores tenemos menos incentivos a buscar mejores precios y esto resulta en márgenes de ganancia más altos (ver el trabajo de Mariano Tommasi publicado en 1994 en el American Economic Review). Los perjudicados somos el resto de la sociedad.

Finalmente llegamos a la pregunta de cómo frenar la inflación. Hay varios economistas que creen que todo plan antiinflacionario es recesivo. Por ejemplo en un post reciente de Finanzas Públicas se afirma:

Como es obvio que para bajar la inflación hay que hacer políticas monetarias y fiscales relativamente contractivas, si sólo se hicieran ese tipo de políticas los efectos sobre el nivel de actividad real serían bastante desagradables.

para concluir que es importante hacer «políticas de ingreso». Estos argumentos son falsos pues se basan en la curva de Phillips que indica que hay un trade-off entre inflación y desempleo/nivel de actividad. No voy a negar la existencia de una curva de Phillips, eso sería renegar de mi declarado neokeynesianismo. Pero lo que en general se olvida es que la curva de Phillips indica la relación entre las variables, tomando como dadas las expectativas de inflación futura. Obviamente un buen plan antiinflacionario debe cambiar las expectativas de inflación, con lo cual la «curva» de Phillips se corre y uno no necesita generar una recesión.

El caso típico de una política antiinflacionaria recesiva es la implementada por Paul Volcker a comienzos de los ochenta en EEUU. El problema en ese caso es que Volcker no tenía herramientas para cambiar las expectativas. Su predica antiinflacionaria no tenía credibilidad pues si bien él era un nuevo presidente de la Fed, sus instrumentos y contexto de trabajo (léase políticas implementadas por el gobierno norteamericano) no diferían de las de su antecesor. Es por este motivo que EEUU tuvo que sufrir una recesión para reducir la tasa de inflación.

Un ejemplo de política antiinflacionaria no recesiva es el plan de convertibilidad implementado por Domingo Cavallo en Argentina en 1991. Al someter la emisión monetaria a un límite rígido (y creíble dada las tenencias de reservas del país y el visto bueno que los tipos de cambio fijo tenían, en ese momento, en los organismos multilaterales), la inflación disminuyó de niveles hiperinflacionarios a un 5% en un año. Y el nivel de actividad no solo no disminuyó sino que se incrementó (quienes quieran criticar mi argumento diciendo que el desempleo aumentó durante los noventa, les sugiero leer la nota de Iván Werning en Foco Económico donde habla de los modelos de búsqueda que le valieron a Peter Diamond el premio Nobel este año, y como se pueden emplear para analizar una situación como la vivida en nuestro país en esa década).

Aplicando estos ejemplos a la Argentina, podemos decir que el gobierno de Cristina no podría, aunque quisiera, reducir la inflación pues no tiene credibilidad, ni instrumentos, para hacerlo (algunos dicen que estamos en una «convertibilidad» a 4, pero hace dos años estabamos en una a 3, y si Brasil devalúa nos iremos a una a 5, o sea «cheap talk»). En el futuro otro gobierno que presente un plan antiinflacionario creíble podrá reducir, en alrededor de un año, la inflación a niveles normales (para nuestro país en el rango 0 a 5%) sin necesidad de generar una recesión.

Martín

Lo preocupante es la postura del Gobierno, para quien la inflación es EXCLUSIVAMENTE consecuencia de la posición monopólica de ciertos sectores empresarios. Supongamos que esto es cierto (en parte lo es), entonces puede resolverse de tres maneras: generando competencia, controlando precios (solución temporal) o una combinación de ambas. El punto es que al emitir a tasas altas sin resolver ANTES este problema se crean las condiciones para que exista inflación de origen monetario, y cuando llega la factura se mira para otro lado. S.

44 Responses to Inflación, ¿inflación?, ¡inflación!

  1. mgeiras dice:

    El Indec acaba de difundir su registro de la inflación del mes de octubre: 0,8% (ver nota en Clarín). El consenso de los analistas privados ubica esta figura entre el 2 y el 2,5%.

  2. Muy buen post Martin. Efectivamente, este gobierno tiene cero capacidad de influir en las expectativas. A no ser, quizas, que arreglen el Indec. Pero claro, si el kirchnerismo arreglara el Indec no sería kirchnerismo.

    Santiago, tu comentario no lo entiendo. Mercados poco competitivos implican precios altos, no alta inflacion. Por otra parte, si mal no recuerdo mis clases de Finanzas Publicas (sobre traslacion impositiva), un monopolista traslada menos los incrementos impositivos (o incrementos de costos) que un oferente en un mercado competitivo. Y para cerrar, no creo que la competencia haya variado mucho en estos ultimos años, sin embargo la inflacion si lo hizo. Y en un momento del tiempo, observamos mas inflacion y no creo que tengamos una economia mucho mas concetrada que el resto de las 180 economias del mundo que tienen menos inflacion que nosotros. Es decir, la concentracion no te explica ni el time-series, ni el cross-section, ni podes construir una historia acerca de los mecanismos.

    La concentracion es mala por muchos motivos. La inflacion no creo que sea uno de ellos.

    • mgeiras dice:

      Sam, respecto de los mercados poco competitivos, el argumento del paper de Mariano Tommasi que refiero en la nota dice que cuando hay inflación los márgenes de ganancia medidos como ratio precios/costos suben. Obviamente esto no genera inflación como quiere hacernos creer el gobierno culpando a los empresarios, pero si hace que la asignación de recursos sea aun menos eficiente (el el trabajo Mariano demuestra que el share de producción de firmas ineficientes aumenta con la inflación).

  3. Coincido con los comments acerca la relación concentración de mercados e inflación. Hay muchos economistas y otros individuos que creen, sin ningún fundamento, que existe una relación causal entre ambas cosas. El Kirchnerismo también cree eso. Y lo que es peor, luego defienden ciertas concentraciones de mercado como la de Eurnekian, como bien argumentaba Martín hace poco, o las prácticas desleales hacia la competencia de Aerolíneas Argentinas.
    DEsde luego que la concentración de mercados en la mayoría de los casos no es saludable para la economía y produce precios más altos que en competencia, pero esos precios suben de una vez y para siempre (hasta que cambie la concentración de mercado)

    Me gustó lo siguiente: algunos dicen que estamos en una “convertibilidad” a 4, pero hace dos años estabamos en una a 3, y si Brasil devalúa nos iremos a una a 5, o sea “cheap talk”. Más claro, imposible.

    • martin dice:

      Entiendo que la situación monopólica en un mercado permite controlar los precios y poder aumentarlos para preservar el margen de ganancia. En un contexto de aumentos salariales, la preservación de ese margen de ganancia medido como precio/costo implica un aumento de precios, algo que no podría hacer la empresa en un mercado de plena competencia. Así es como yo entiendo el argumento concentración de mercado/inflación.

  4. Fernando dice:

    Excelente análisis, Martín. Lo mejor que recuerdo haber leído acerca de la inflación argentina. Como bien decís, la causalidad entre la creación de dinero y la inflación puede no ser tan obvia, pero eso no quita que intentar negar que una expansión de la oferta monetaria del 27% siempre se verá asociada con una inflación alta es una ridiculez.

    A propósito, concuerdo en un 100% sobre que los costos de estabilizar no son siempre los mismos, como muchos parecieran creer (en el libro de macro intermedia de Mankiw hay una introducción a los modelo neokeynesianos dinámicos y microfundados -aunque debe la microfundamentación del modelo que el presenta- donde justamente se discute este tema: http://gregmankiw.blogspot.com/2009/04/macro-7e.html). Ahora bien, no sé si comparto tu optimismo respecto a que tan rápido se puede «desinflar». En la estabilización de Cavallo estábamos en una hiper y en esos casos el TC y la inflación van mucho más «de la mano» que hoy por hoy (en parte porque la causalidad entre la creación de dinero y la inflación es distinta: http://nigorilaniperonista.blogspot.com/2010/03/inflacion-monetarista-o-ajuste-de.htm) y, en consecuencia, fijando el TC anclas las expectativas y cero costo de producto (como pasó). En el caso actual con fijar el TC no alcanza y, por eso, me parece que la estabilización debería ser más gradual (bah, dependiendo del costo de producto que estemos dispuestos a aceptar). En el fondo la discusión pasa por qué tan optimistas seamos sobre cuanto podrá alguna futura autoridad del BCRA afectar las expectativas de la gente…

    Por último, el hecho de que «desinflar» no necesariamente conlleva grandes costos de producto no implica que uno tenga que creer que la estabilización está a la vuelta de la esquina. Personlamente, creo que en un país en el cual todos los «analistas» critican la inflación porque nos aleja del TCR ridículo que pretendía la gente del Plan Fenix, no hay mucho espacio para el optimismo.

    Saludos,

    F

    • mgeiras dice:

      Fernando, gracias por el comentario. Coincido que frenar en seco la inflación es dificil, pero más por cuestiones políticas que técnicas. Te doy un ejemplo.

      Con el actual contexto internacional muy favorable, si ponés a Ricardo Lopez Murphy (por mencionarte un conocido halcón) al frente del BCRA con que solo abra la boca las expectativas inflacionarias se reducen.

      Pero fijate lo siguiente, el gobierno mandó el pliego de Marcó del Pont al Senado por un nuevo mandato (es coherente pues el gobierno no tiene credibilidad, y MdelP tampoco). Lo curioso es que la oposición se indignó al verse obligada a emitir dictamen (finalmente creo que lo van a cajonear), en lugar de aprovechar para proponer a alguien que creíblemente combata la inflación.

      Por eso la mención a RLM que podría tener contactos con la UCR. Sin embargo me consta que la UCR no valora las contribuciones económicas que RLM podría hacer, y únicamente está interesado en él para hacer una alianza electoral en Capital.

      En resumen, el principal partido de la oposición no tiene, ni está estudiando, una política creíble antiinflacionaria. Por eso mi escepticimo es político, no técnico.

  5. ricardo rioja dice:

    A todo esto debe agregarse que el Estado, tanto a nivel nacional, provincial y municipal, fogonea la inflacion aumentando tasas, impuestos y gabelas de todo tipo varias veces el monto inflacionario «dibujado» por el INDEK o tomando el «parametro Moyano», por encima del 25/30 % de pauta salarial. Esperemos ahora el estallido de precios decembrino y luego la debacle escolar de marzo y ya veo como lo unico que se va a escuchar por la calle va a ser «…..a los botes. Las mujeres y los ninos primero…!!!!

  6. Matías dice:

    Yo me quedé pasmado con lo de los search models y la desocupación durante la convertibilidad… ¡Ese argumento pide post!

  7. Cole Trickle dice:

    Gran post Martín (me tomé el atrevimiento de citarlo)

    Me cuelgo de tu comentario anterior y también me asombra que por ejemplo la UCR no tenga algún «referente» que salga a hablar de la inflación.

    El tema está instalado en la agenda y sin embargo lo abordan tangencialmente sin ir de lleno a hablar de causas y herramientas para solucionarla.

  8. schelala dice:

    Sam, en mi opinión mercados poco competitivos implican no solo precios altos, sino inflación cuando querés redistribuir, aumentás salarios, y no tenes poder de negociación ni competencia que amortigue el traslado a precios.

  9. Ana C. dice:

    Martín, las políticas de ingresos, a las que entiendo por establecer un sendero razonable de precios y salarios, también sirven para cambiar las expectativas, porque quiebran la espiral salario-precios. Es cierto que en esto un Indec que funcione bien es clave.

    Ahora, si hubieras prestado un poquito de atención en la lectura, te hubieras dado cuenta que el punto de mi post era justamente mostrar que no todo plan antiinflacionario es recesivo. Solamente que necesitás usar más herramientas que la política monetaria y la fiscal.

  10. Ana C. dice:

    Y en todo caso, necesitás hacer una política monetaria creíble, una política fiscal creíble y una política de ingresos creíble, y encima consistentes entre las tres.

    Ce n’est pas facile, mais pas non plus impossible. Pero este gobierno no lo va a hacer.

    Comparto la idea de Santiago sobre los mercados poco competitivos y la inflación.

    • mgeiras dice:

      Ana C. tu nota la leí con detalle, pero la política de ingresos que mencionás es imprescindible solamente en países donde la negociación salarial es menos frecuente que en Argentina. Acá los sindicatos y empresas negocian salarios una vez por año, con lo cual una política monetaria y fiscal creíbles sumando a reformas institucionales (que en tu post señalás, y dadas las distorsiones en la economía argentina con poco se puede hacer mucho), podrían, si hubiera voluntad y poder políticos reducir fuertemente la inflación en un año. Creo que la cuestión del horizonte temporal es la diferencia sustancial entre tu visión y la mía sobre como combatir la inflación sin recesión.

    • Ana C. dice:

      Para mí es al revés, eh. La frecuencia de las negociaciones salariales introduce un componente inercial muy fuerte y desestabiliza por completo la formación de expectativas. Por eso me parece super necesario lo de establecer un sendero creíble y poco traumático para la desaceleración.

    • No es una novedad, Ana, que coincidas en que existe una relación de causalidad entre mercados poco competitivos e inflación. Dejame hacer dos puntos, a ver si sirven para convencerte de que estás equivocada.

      1. De la década del 90 hasta acá no hubo un cambio notorio en la concentración de los distintos mercados como para explicar los diferentes niveles de inflación que fuimos sufriendo.

      2. Tenés un montón de países con inflación baja. Decís que entre todos ellos no hay alguno con mercados más concentrados que Argentina? Ponele Chile, no es el país de la competencia perfecta y ahí están con inflación baja.

      Insisto en que lo que les pasa a muchos economistas es que no saben distinguir entre nivel y tasa de cambio. Como bien apunta Martín, citando al paper de Tomasi, en un contexto inflacionario un mercado más concentrado puede conseguir margenes más altos, via precios más altos. Pero eso no tiene mucho que ver con la inflación.

      Y una pregunta, ya que estoy, a qué te referís con una política de ingresos creíble?

      Saludos

    • Ana C. dice:

      Yo estoy tan equivocada, Frank, que digo lo mismo que dice Trichet todos los meses. Andá a enseñarle a él a mantener baja la inflación, ya que sabés tanto.

    • Fernando dice:

      Como comentario sobre lo que dice Frank, el efecto «Tommasi» aparece una vez que hay inflación, en consecuencia nunca puede ser una causa como ilustra el titulo de un artículo que Federico Sturzenegger publicó en LN: «Inflación y márgenes excesivos: ¿qué viene primero?» (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1253605 ).

      Entre paréntesis, estoy de acuerdo con Martín en cómo afecta la frecuencia de las negociaciones la necesidad de una «política de ingresos». Ana, si los salarios se negociarán todos los días, tendrías salarios flexibles, lo que te acerca a la neutralidad del dinero y no al revés. Espero no contradecir a JC Trichet ja :).

      Saludos,

      F

    • Como siempre hacés, Ana, me mandás a leer a otro. Por qué no me rebatís los dos argumentos que ofrecí sobre la relación entre concentración de mercados e inflación. Como justificás con ese argumento que acá haya tanta inflación y en otros lugares con similar estructura de mercado no pase nada. O que en otros períodos con un mercado similar, en nuestro país, tampoco?
      Saludos y no te enojés ana.

    • mgeiras dice:

      Ana C., respecto a las negociaciones salariales es sabido que si estas se producen con alta frecuencia, la política monetaria no tiene efectos reales. Es un resultado de Robert Lucas de 1972. Para que la política monetaria tenga efectos reales Stanley Fischer en 1977 y John Taylor en 1979 introdujeron contratos de largo plazo que fijan o predeterminan los salarios (o precios) por un período más largo que el que necesita la autoridad monetaria para actuar. También a esta literatura contribuyó Guillermo Calvo con un modelo en 1983 donde los participantes actualizan la información que utilizan para fijar precios esporádicamente y no todos los períodos. Este último modelo es la base del modelo reciente (2002) y muy popular de la llamada «nueva curva de Phillips» de Gregory Mankiw y Ricardo Reis. Disculpame si me inclino a pensar que esta pila de nombres tienen razón, y no vos o Trichet.

    • Ana C. dice:

      Me encantan los economistas que mezclan todo, pero a lo mejor hay algo que se me escapa y yo siempre estoy dispuesta a aprender algo.

      ¿Me podés explicar (bah, vos y Fernando, ya que están) cuál es la relación entre los efectos reales de la política monetaria, esto es, efectos de la política monetaria sobre el nivel de actividad, y el efecto de la frecuencia de las negociaciones salariales sobre la tasa inflación?

      En última instancia, los modelos a los que hacés alusión son modelos que muestran que si los precios ajustan al toque, no tenés efectos reales ¡porque hay inflación! y entonces la dicotomía aplica. Si no ajustan inmediatamente sí tenés efectos reales. Digamos que cuanto más despiertos estén los agentes sobre la política monetaria, menos efectos reales tiene y más inflación tenés.

    • Ana C. dice:

      Frank, te mando a leer a otro porque no me creés a mí (y la verdad que muy creíble no soy, tampoco). La inflación se explica por un montón de causas y vos que sos un economista joven y con energía podrías ponerte a escribir un trabajito descomponiendo la tasa de inflación con distintas variables explicativas.

      En Argentina justo ahora tiene una explicación monetaria y fiscal, pero cuando llegués al 8% anual o algo así, te vas a encontrar con un resto que sólo tiene explicación estructural.

      Ahora, imaginate un mercado concentrado, o del lado de los empleados, o del lado de los empresarios. Si vos tenés poder de mercado, cada vez que te toca negociar precios o salarios, ¿vas a ir por el mínimo aumento aceptable o vas a usar tu poder de mercado para recuperar todo lo que perdiste por la inflación y un poquito más?

      En el mundo hay montones de ejemplos donde la concentración de los mercados da tasas de inflación más altas y los últimos se vieron en Europa enn el 2007-2008 con la inflación en los precios de los alimentos y la energía. Por ejemplo, la nafta. Los tipos suben los precios cuando sube el precio del petróleo pero no los bajan cuando baja. Y ahí va Trichet y los reta ;-P

    • mgeiras dice:

      Nuevo intento. Si la negociación de precios y salarios es en mercados perfectos y en forma continua, la política monetaria no tiene efectos sobre el nivel de actividad (Lucas 1972). En ese caso dado que la inflación tiene costos lo mejor que puede hacer la autoridad monetaria es nada.

      En la realidad hay fricciones que permiten que ante fluctuaciones en la demanda agregada la autoridad monetaria emplée la política monetaria para suavizar los efectos reales de estos shock. Un ejemplo de estas fricciones son los contratos de precios o salarios suscriptos a largo plazo (Fischer 1977, Taylor 1979).

      De lo anteriormente dicho se desprende que si querés hacer una política antiinflacionaria cuanto mayor sea el nivel de fricciones de este tipo más recesiva será la política (el paper de Makiw y Reis 2002 estudia esto para un set up diferente porque usan la estructura basada en «sticky information» de Calvo 1983, y encuentran que una política antiinflacionaria preanunciada es menos recesiva que una sorpresiva).

      No es que la frecuencia de negociacion de los salarios tenga un efecto sobre el nivel de inflación. Lo que yo dije es que como en Argentina los salarios se negocian muy frecuentemente, una vez por año, con lo cual si preanuncias una política antiinflacionaria creíble en poco tiempo lográs controlar la inflación.

    • mgeiras dice:

      Ana C., decís que

      En Argentina justo ahora (la inflación) tiene una explicación monetaria y fiscal, pero cuando llegués al 8% anual o algo así, te vas a encontrar con un resto que sólo tiene explicación estructural.

      ¿Hemos vivido una década sin inflación y todavía la gente sigue usando el modelo estructuralista? Tu afirmación me recuerda a un famoso macroeconomista de la UBA que en 1990 decía que en la Argentina la inflación tenía un piso estructural del 4% mensual. Un año más tarde se tuvo que tragar sus palabras. Yo no creo que exista evidencia para afirmar que este piso ahora sea de un 8% anual, u otro valor.

      Como disciplina tenemos que tratar de avanzar. No digo que los modelos macro desarrollados para economías avanzadas se puedan trasplantar para nuestro país (de hecho por eso puedo afirmar que acá podríamos lograr reducir la inflación con mucho menos costo que en países desarrollados). Pero viendo el comportamiento de economías similares en la región es factible crecer sin inflación (que repito para mi es estar en el rango 0-5%).

    • Ana C. dice:

      Martín, caramba, la década sin inflación fue con un chaleco de fuerza llamado «convertibilidad» que mantenía reprimidos todos los desequilibrios de la economía mientras creaba algunos otros, así que eso de típico no tiene nada y no refleja los mecanismos de comportamiento de la economía argentina. Y te recuerdo que los efectos sobre el nivel de actividad habrán sido muy positivos al principio, pero los finales no fueron para andar descorchando Dom Perignon justamente.

      Lo que sí creo fue que esos años sirvieron para bajar el nivel de inflación estructural, porque quebraron algunos mecanismos de indexación que ya estaban muy arraigados, así que a lo mejor el macroeconomista de la UBA tenía razón al principio pero no al final. De todas formas, parece que los mecanismos ésos están de vuelta.

      Puede ser que tengas razón. Yo no creo que sea posible evitar los efectos recesivos de políticas monetarias y fiscales contractivas sin un pacto social y políticas de ingresos, por más voluntad que pongas en informar a los agentes económicos. ¿Qué les vas a decir? ¿Ahora hacemos políticas macro creíbles y ustedes se las arreglan como mejor les salga?

    • Ana,

      No te gusta el ejemplo de la convertibilidad, entonces toma el de los países vecinos en los últimos 5 años. No puede ser que un modelo sea particular para la Argentina. Insisto, no somos tan distintos. Creo que ningún modelo debería ser particular para la Argentina y sin embargo somos el único país que sufre inflación de 25%.

    • mgeiras dice:

      Estimados, les sugiero lean el comentario de AAC (que está más abajo) que sugiere un rol diferente para explicar la alta inflación que tenemos: le da al Ejecutivo mayor poder real al centralizar en él discusiones económicas relacionadas con contratos, subsidios, etc. Me parece un argumento interesante que no está contemplado en la discusión «tradicional».

  11. Cacho Zenga dice:

    Yo lo único que tengo claro es que la Coca Cola está más cara, y que por los Jonas Brothers y el fallecimiento del Ex Presidente no puedo ir a ver el River Boca.

    Cariños,

    Cacho

    • mgeiras dice:

      Cacho, si la Coca está más cara podés sustituir por Pecsi (no es lo mismo, pero todo sea por consumir una gaseosa imperialista). Y en cuanto al River-Boca, quizás la dupla Néstor/Jonas nos hizo un favor y nos ahorró una amargura.

  12. Gonzalo Costa dice:

    Muy buen post Martin. Lo mas claro y preciso que he leido en los ultimos tiempos sobre inflacion . . . o deberiamos decir «inflacion-negada»?

  13. AAC dice:

    yet another post about inflation…los economistas argentinos seguimos dandole vuelta a un asunto que no tiene fin. yo creo que la pregunta radica en por que sistematicamente los gobiernos argentinos encuentra beneficioso imprimir. Hay varios argumentos que se esgrimen y que se pueden descartar, al menos para el caso argento.

    1. un poquito de inflacion no esperada puede venir bien para crecer/reactivar? no es el caso argentino, ya pasamos ese limite.

    2. lo que decis en el post creo q esta en la senda correcta pero no puede ser toda la explicacion. cuanto es el presupuesto discrecional extra q tiene el gobierno por no calcular bien la inflacion?

    3. yo creo que al mantener la inflacion alta consiguen que los sindicatos, los desempleados, las grandes empresas de servicios (gas, electricidad), todos, tengan que golpearle la puerta al ejecutivo y decirle, «che, no nos alcanza, negociemos los sueldos», o «subamos las tarifas» o «dame un subsidio», etc. Y creo que esto (que probablemente lo pueden hacer en parte por el punto 2) centraliza las decisiones de tal forma, que todo el «poder» (o el decision-making) pasa por el ejecutivo, y ese es precisamente el objetivo.

    • mgeiras dice:

      AAC, gracias por tu comentario. Respecto de 1) indudablemente pasamos los límites. Mirá que en China la inflación trepa desde -2% hace 18 meses a 4,4% actualmente (siempre anualizando) y ya están viendo como frenar la economía (saqué un post hace unos días cuando subieron las tasas de interés y hoy leí que están pensando hacerlo de nuevo).

      Respecto de 2) hagamos un cálculo rápido. Si el total de impuestos indexados en pesos es de un 25% del PBI (el resto serían retenciones), entonces un 20% de inflación por encima de la presupuestada le deja al gobierno cuatro puntos porcentuales del producto para gastos discrecionales (diferencia entre el 25% de los PBI reales y presupuestados nominales sobre el PBI real). A mi me parece bastante.

      El punto 3) es muy interesante y consistente con la forma de gobierno que tenía Kirchner que necesitaba centralizar el Ejecutivo (o sea él) las decisiones. Indica que más allá de las distorsiones que la inflación genera para el funcionamiento de la economía, y de los beneficios para el gobierno que identifiqué en la nota, existe un beneficio adicional para este, puramente de «poder».

  14. Mariano T. dice:

    Ana, me gustaría ver, para probar tu punto, dos listas de países, unos con mercados concentrados, y otra con mercados de libre competencia (habrá alguno?) y las tasas de inflación históricas de cada uno.
    La competencia te limita para subir los precios, pero si a todos los del mismo rubro les suben los costos (laborales por ejemplo) en una magnitud similar, por más competencia que haya, todos tratarán de recuperar el aumento de costos vía precios. Todo cambia cuando tenés competencia externa, porque las paritarias no son mundiales, y las tasas de cambio van variando.

    • martin b dice:

      Que pregunta: porqué la inflación es alta en Argentina y baja en Chile, si en ambos países hay mercados concetrados. Tal vez la respuesta venga por el lado de la fuerza de los sindicatos: No vamos a comparar el poder de negociación de la CGT en Argentina con el movimiento sindical chileno, que no es muy fuerte. Incluso podríamos decir que en Brasil el movimiento sindical no está muy desarrollado comparado con el nuestro.

  15. Serenity dice:

    No me cierra mucho eso de la frecuencia de ajustes salariales y bajar la inflación en solo un año, hasta donde sé, la mayoría de los gremios solo hacen una paritaria anual. En mi caso particular, mi gremio realizó un acuerdo de 35% de aumento, por lo que si la inflación bajara a 5% en un año, me lleno de guita (si no quiebra mi empleador.)

    Saludos.

    • mgeiras dice:

      ¿Qué gremio es ese? Mi sueldo solo aumentó un 20% (o sea mi salario real va camino a cerrar el año 7% por debajo de 2009). Más allá de las comparaciones odiosas entre sectores, lo que vos mencionás es la «inercia inflacionaria». Y sería mucho peor si tu gremio hubiera pactado un 35% de aumento para este año y al mismo tiempo otro 35% de aumento para 2011. Ese es el punto que remarco en la nota.

    • Mauro dice:

      Martín, son tan frecuentes las negociaciones coletivas? Obviamente un año es menos que dos, pero también es más que un mes. Está bueno tener una distorsión de 11 meses o sería mejor tener una política de ingresos (no entiendo el encono con Ana C por haber hecho esta sugerencia). Y los contratos de alquiler, cuánto duran? Y los préstamos hipotecarios a tasa fija en pesos? No hace falta un poquito más que política fiscal, monetaria y lopez murphy (dios nos salve!)?

      Creo que Ana C y Santiago decían mercados concentrados + redistribución acelerada del ingreso, no sólo lo primero, así que habría que comparar ese combo con otros países. Ya que están, comparen con otros países la coordinación en la negociación salarial entre empresas de un sector por un lado (si otorgan aumentos, no pierden frente a competidores intrasectoriales) y trabajadores por el otro. Y el poder sindical, también. Me parece que no alcanza con Lucas, Taylor, Mankiw, Fischer.

    • mgeiras dice:

      Mauro, te la respondo simple. Un nuevo gobierno preanuncia, creiblemente, que la inflación del año siguiente será del 5%. Los sindicatos en las paritarias que abren arreglan salarios compatibles con esta inflación esperada (porque si es creible se logra afectar las expectativas), e introducen una claúsula gatillo tal que si la inflación llegara a superar las expectativas se reabre la paritaria.

      El encono es con la idea de una centralización de las políticas de ingresos (como si todo tuviera que pasar por el Ejecutivo). Yo creo que si el gobierno, y la autoridad monetaria, anuncian un plan antiinflacionario creible, el sector privado se adapta. El sindicalismo argentino tendrá sus defectos, pero no son tontos, van a cerrar acuerdos como el que te describí en el párrafo anterior.

      En Economía la clave es pensar en equilibrio general. Si cambiás algo, cambia todo, pero no en forma aleatoria, sino con una lógica que se puede analizar.

    • Mauro dice:

      Martín, a ver si esto también es simple:
      1) las paritarias no necesariamente abren cuando asume el nuevo gobierno.
      2) no habrá algún problema patrimonial generado por las tasas fijas de 20% a 15 años que suben 15 puntos reales «de un saque»? (al margen, imposible bajar 15 puntos en un año)
      3) un gobierno de los opositores de hoy en día va a tener que preocuparse mucho menos de la expectativa sobre su voluntad de implementar un plan antiinflacionario (como el que tenés en mente) y mucho más sobre su capacidad de implementarlo y no morir en el intento (de qué sirve como señal poner a lopez murphy si la gente sabe que va a durar 2 semanas)

    • mgeiras dice:

      Mauro:
      1) Nadie en su sano juicio cierra una paritaria el día antes de saber el anuncio de la política económica de un nuevo gobierno (de la misma forma que la inversión hoy está planchada porque los sectores donde será rentable invertir dependen de quienes conforman el nuevo gobierno).
      2) Yo miro la macro de nuestros vecinos, la posibilidad que haya un nuevo gobierno con una política antiinflacionaria, y ni loco saco un crédito a esas tasas. Ahora para tranquilidad de quien lo haya hecho, si se logra domar la inflación se implementarán ajustes en los contratos (en eso somos especialistas). El negocio de los bancos es recuperar su inversión, no tener clientes incobrables.
      3) Bueno, esto tiene que ver con lo creible del plan antiinflacionario. Y yo digo que ponerlo a RLM en el BCRA es dar una señal creíble de querer bajar la inflación, no sugiero que vuelva al Ministerio de Economía.

  16. Mauro dice:

    «se implementarán los ajustes en los contratos». el Estado o el mercado solito? qué pasó en el fin de la convertibilidad?
    en definitva, macro sola no alcanza

  17. mariano dice:

    .

  18. […] a la Blogósfera Económica Argentina lidiando con el tema de la inflación: Martín Gonzalez Eiras en Economía Posibley Andy Neumeyer en Foco Económico. Ambos amigos de la casa, pero no por eso exentos del […]

  19. […] el país puede frenar la inflación en poco tiempo y sin costos sobre el nivel de actualidad (leer esto y […]