El ajuste XIV

En la Argentina la palabra ajuste produce escalofríos como si estuviéramos viendo una película de terror, «Martes 13» o  «El juego del miedo». A veces pienso que esa convulsión física se debe al «mono» que un adicto siente cuando la dosis de su droga está dejando de tener efecto. Y para nosotros la droga es cebar el consumo mediante subsidios con costos que crecen más rápido que los ingresos para pagarlos.

Hoy La Nación publicó una nota de Carlos Pagni con la palabra maldita en el título aludiendo a ajustes que se están realizando, o intentan realizar, en Bolivia y Venezuela. Trazando un paralelismo con las política populistas de estos países y las de Argentina, Pagni parece advertirnos que para nosotros el ajuste será inevitable, y que idealmente estará acompañado por la internalización de la restricción presupuestaria

América latina está en presencia del enésimo fracaso de una corriente populista que se niega a incorporar a su bagaje intelectual una noción elemental: la noción de restricción. Chávez, Morales, Cristina Kirchner están despertando, sobresaltados, del sueño dogmático que supieron abandonar François Mitterrand, Michel Rocard, Felipe González, Tony Blair, Ricardo Lagos, Lula da Silva, José Mujica, Alan García o Dilma Rousseff, cuando admitieron que no hay política económica progresista susceptible de ser edificada sobre la ilusión infantil de gobernar sin costos.

De manera que cuando se aplique el ajuste – uno más pues en nuestro país cada tantos años la realidad nos obliga a corregir nuestros delirios – estimado lector, recuerde que los autores intelectuales del mismo (los padres de la criatura) son Néstor y Cristina, por más que los autores materiales sean los funcionarios del próximo gobierno.

9 Responses to El ajuste XIV

  1. Luis dice:

    Vana ilusión apelar a la memoria. Los ajustes entre nosotros tienen nombre pero no responsables políticos. El lejano Rodrigazo no fue suficiente para manchar la «razonabilidad en la gestión» del justicialismo que sigue teniendo la fama de saber gobernar. El ajuste post K tendrá su nombre (que no será K) pero, me temo, tampoco manchará la fama de saber gobernar del justicialismo.

    • mgeiras dice:

      Luis, es cierto que el peronismo sabe transformarse y resucitar como el ave fénix. Y no me cabe duda que a pesar del desmanejo económico del kirchnerismo el justicialismo será una opción electoral este año y en el futuro. Está en la oposición presentar (y luego ejecutar) planes de gobierno que sean realistas y a la vez atractivos para la población.

  2. Die dice:

    El concepto de ajuste es demasiado ambiguo, tanto como acusar de populista a un gobierno que subsidia a la clase media en lugar de hacerlo a los de menores recursos.
    Si el ajuste implica quitar subsidios a la electricidad, gas, gravar la renta financiera y perseguir a los grandes evasores, no creo que haya grandes manifestaciones «populares», más allá que algunas ollas sonando en Olivos y Barrio Norte.

    Esperemos que el ajuste se realice rápidamente, y el mismo no sea sobre educación, seguridad y salud, como son los ajustes que nos tienen acostumbrados los gobiernos.

    Por otro lado, la restricción se aplica a la perfección en un gobierno que no está recibiendo préstamos externos. Podemos quejarnos del nivel de gasto, su destino y el origen de los ingresos, pero hablar de los límites de la restricción presupuestaria es una tautología.

    • mgeiras dice:

      Die, el gobierno subsidia los consumos de energía y transporte de la clase media por dos motivos: a) es el electorado más independiente, b) la deuda indexada en pesos se actualiza por un índice de precios que miraba los consumos en estos rubros en Buenos Aires y no en todo el país, de ahí que cuando esta «trampa» no alcanzó se pasó a intervenir el Indec.

      El ajuste se puede realizar de muchas formas, justamente lo abultado de los gastos en subsidios permite realizar el recorte por ese lado sin tocar gasto social.

      Incluso en una economía cerrada un gobierno puede gastar más de lo recauda, con consecuencias nefastas. Recordá la confiscación de nuestros ahorros en las AFJP, o el ahorro forzoso en tiempos de Alfonsín, o el plan Bonex de Menem, etc. Además la inflación, mientras el peso tenga valor, es un impuesto que genera recursos para cubrir déficit fiscal al costo de distorsiones en decisiones de consumo, ahorro e inversión.

  3. Die dice:

    Algo contradictorio es sostener que los subsidios se realizan a la clase media porque ¿es independiente? ¿Cuál es la diferencia entre la dependencia que genera un plan Trabajar con una boleta de luz y gas subsidiada en su mayor parte?
    Mi respuesta: tanto la clase baja como la media no es idiota (léase dependiente). Ni una se vende por un plan de gobierno, ni la otra es tan necia de creer que su bienestar económico lo va a encontrar en pagar menos la luz y el gas.
    Respecto a b), la deuda indexada es actualizada por CER, que es básicamente la variación pasada del índice de precios al consumidor. Ya con manipular el INDEC le alcanza y sobra al gobierno para manejar el CER, así que no precisa para eso subsidiar a la energía.

    Por otro lado, sigo sosteniendo lo tautológico de la restricción presupuestaria, presuponiendo que pueda existir gastos mayores a ingresos.

    Todo los mecanismos que describís, a pesar de tener consecuencias nefastas, fueron utilizados como últimos recursos de gobiernos que no disponían de ingresos par a financiar sus gastos. En el momento en que las llevaron a cabo, esta restricción desapareció, con las respectivas consecuencias políticas sociales.
    Pero todo gobierno, inclusive el de De la Rua, era consciente de la restricción presupuestaria. Y ninguno desea llegar a los extremos que describís (aunque podemos discutir la «confiscación de nuestros ahorros en las AFJP)

    • mgeiras dice:

      Hablo de «independencia» en forma técnica. Un grupo social se dice que es más independiente (que otro) si su voto no se guía tanto por cuestiones ideológicas (como el otro). En este sentido la clase media urbana es el grupo más independiente del país, y en la Capital por ejemplo vota a Macri a pesar de tener más afinidades con el progresismo (porque Macri presentó un mejor programa de gobierno que apuntaba a las necesidades de los porteños, si cumplió las expectativas es otra cuestión). Aplicado a este caso los subsidios fueron un intento de seducir a la clase media urbana que tuvo éxito hasta el 2008. ¿Porqué no se eliminan hoy? Porque el malhumor social con el gobierno sería terrible y hay temor a un cacerolazo «destituyente».

      La manipulación del Indec comenzó en 2007, la subestimación del CER años antes cuando las tarifas de energía y transporte comenzaron a subir en el interior pero no en Buenos Aires. Hoy los subsidios no son necesarios para el punto b) pero el gobierno está en una trampa y no los puede desmontar (hizo intentos y dió marcha atrás).

      Difiero en el grado de consciencia que nuestros gobernantes tienen sobre la restricción presupuestaria. El caso de las AFJP es paradigmático. Es dinero hoy pero hambre en el futuro cuando el Estado tenga que hacerse cargo de las jubilaciones de nuestra generación. La restricción presupuestaria vista como la identidad contable de ingresos y gastos expost no ilumina la política pública, no aporta información. La restricción exante como planificación de gastos hoy y en el futuro en base a los ingresos presentes y futuros es lo que importa, porque da certidumbre al sector privado para que este tome decisiones.

  4. Gonzalo W Costa dice:

    Muy buen post, ya que pone sobre el tapete un tema tabu que esta administracion K no sabe ni quiere afrontar. Si no se quiere mencionar la palabra ajuste, se puede decir que sera una correccion de todos y cada uno de los disparates concebidos y puestos en marcha por quienes mas bien se han dedicado a «saquear» recursos que a «asignar» los mismos. Las mentiras y engaños de los K son de tal magnitud que hay quienes creen aun que estamos en una parte virtuosa de un ciclo que NO existe. No hay modelo, no hay gestion, no hay desarrollo de politicas publicas. Esta demostrado en forma contundente que existe una relacion directa entre los subsidios populistas (Planes Trabajar o vacaciones y similares) y los votos que reciben quienes los administran. Ni siquiera de discute. Como tampoco se puede dudar que los fondos de las AFJP fueron confiscados. Lo cierto y real es que quienes vivimos las epocas de «ajustes» desde fines de la decada del 50, sabemos como se originan y como terminan. Recomiendo la lectura del excelente libro de historia economica de Juan Carlos de Pablo o de Orlando Ferreres.

  5. Matías dice:

    Supongo que leíste esto Martín: http://krugman.blogs.nytimes.com/2011/01/05/fiscal-shock-2/

    En Argentina también está lleno de políticos «poseurs» que hablan mucho de déficit y de gasto y que luego al asumir cambian el discurso -cuando ven que no es tan sencillo tanto política como económicamente-. Fijémonos, ¿Cuántos planes de ajuste fiscal llevamos a cabo? ¿Cuántos tuvieron un resultado verdaderamente exitoso? Generalmente, pienso, el ajuste se dio sobre la hora, casi endógenamente, con la espada de Dámocles ya cortándonos el flequillo.

    Igual, ya lo dije varias veces, soy de los que creen que hay «reelección» del modelo. Veremos cómo ajusta el asunto -o si ajusta-…

    Saluti.

    • mgeiras dice:

      Los políticos de doble discurso abundan en el mundo y nuestro país. Por ejemplo cuando se aprobó el 82% móvil varios opositores (con chances de llegar al poder este año) rogaban que Cristina la vetara como escribí, en uno de mis primeros posts, el día de la votación.

      Un ajuste es parecido al sacarse una muela de juicio. Uno no festeja el ajuste, pero trata de hacerlo bien y solo cuando es necesario e inevitable (volviendo a la analogía, algunos masoquistas esperan a que el dolor sea terrible, otros más inteligentes se dedican a buscar un buen dentista). Saludos.