El modelo educativo chileno bajo la lupa

Mientras siguen las protestas estudiantiles en Chile que mezclan reclamos genuinos como la eliminación de las universidades con fin de lucro, o el pedido de gratuidad de la educación, con pretensiones que van más allá de la política educativa (y que son inevitables en toda manifestación de corte «mayo del 68»), está bueno repasar algunos análisis de los hechos hechos con cierta objetividad.

«Análisis» subjetivos hubo varios, solo menciono el de Larry de Los tres chiflados, que en lugar de describir el modelo chileno critica todo intento de poner un precio a la educación (arancelarla) y dice cosas como:

Por suerte, en Argentina si no te gusta la universidad pública se puede optar por ir a una privada de excelente calidad. Pero la UBA y tantas otras nacionales es un derecho básico y elemental que sean gratuitas.

No creo que la universidad gratuita sea un derecho básico ni elemental (y el ingreso irrestricto me parece muy ineficiente, pero ese es otro tema). Si me parece que quien tenga méritos para estudiar no sea discriminado por el ingreso de su familia, i.e. que si es pobre no pueda seguir una carrera universitaria aunque quisiera.

En Chile tienen un sistema que permite endeudarse para estudiar, lo que en principio es una «solución» de mercado a este problema. Quien percibe que tener un título universitario le ampliaría sus ingresos se endeuda para hacerlo y aprovecha el capital humano así adquirido para repagar el crédito. Una de las principales quejas de los estudiantes en Chile es que las condiciones de estos créditos son excesivamente onerosas, y quieren algún mecanismo para permitir que quien, por ejemplo, abandone los estudios o cambie de carrera, pueda dejar de pagar su deuda.

Me parece un reclamo razonable, que obviamente tendría un costo sobre las condiciones de crédito del resto de los estudiantes (porque gracias a Milton Friedman sabemos que no hay almuerzos gratis). Para evitar esto podría implementarse un seguro estatal que reduzca, o elimine, la carga de la deuda en ciertos casos. La valoración que la sociedad chilena haga del bienestar de estos alumnos con problemas determinará las condiciones en que se otorgaría este subsidio.

Además de este reclamo, y considerando la capacidad de coordinación que alcanzaron para manifestarse, pretenden que la educación pase a ser gratuita. Ven el nivel que alcanzó el Fondo de Estabilización Económica y Social (básicamente un fondo anticíclico), y quieren apropiarse de esos recursos que tienen propiedad difusa (ver esta nota de Eduardo Engel en Foco Económico sobre el tema). Es probable que no logren su objetivo de máxima, pero considerando que la educación es una inversión no parece ilógico que una parte de la renta de dicho fondo se utilice para reducir los aranceles universitarios. 

Según esta nota de Andrés Oppenheimer publicada hoy en La Nación la sociedad chilena tiene empatía por los problemas de los estudiantes, lo que permite vislumbrar que habría medidas efectivas para atender los reclamos genuinos de los mismos. Al mismo tiempo no se comparten los reclamos de cambios más radicales en otras áreas de gobierno.

Los chilenos quieren un ajuste del modelo para que una porción mayor de la prosperidad de este país llegue a los más necesitados, pero no van a apoyar que se mate a la gallina de los huevos de oro y destruir una democracia estable que ha producido crecimiento continuo durante las últimas dos décadas.

Esto en cuanto a la educación universitaria. También hay reclamos sobre las escuelas primarias y secundarias (recordemos las manifestaciones de alumnos de secundarias durante la presidencia de Bachelet). Sobre este tema refiero a una nota de Antonio Cabrales en Nada es gratis que resume estudios académicos sobre el impacto del sistema de vouchers. Su conclusión indica que estamos ante varios grises, resaltando que el sistema parece funcionar mejor en lugares donde hay varias alternativas y la competencia entre establecimientos es alta:

En resumen, el experimento de escuela pública subvencionada en Chile ha dado lugar a resultados académicos no muy brillantes en aquellos lugares donde no hay competencia. Al mismo tiempo, ha dado lugar a una separación por niveles sociales muy intensa entre escuela pública y privada. Esto sugiere que antes de lanzarse a políticas extensas con bonos escolares conviene ser muy cuidadoso con la implementación. A la vista de la evidencia, comenzar con experimentos controlados y fomentar la competencia es lo mínimo que se puede pedir para este tipo de políticas.

10 Responses to El modelo educativo chileno bajo la lupa

  1. Best Seller dice:

    Martín, no estoy ni cerca de convencerme que una «solución» de mercado pueda llegar a ser el endeudarse para estudiar. Por varias razones:
    – Primero y principal, ¿cómo hace una persona de pocos recursos para lograr ir a la universidad? ¿A quién se le ocurriría endeudarse para estudiar cuando en la casa solo les alcanza para comer? Con un sistema así, esa persona está condenada a terminar la secundaria y ponerse a trabajar.
    – Por otro lado, ¿qué pasa cuando uno finalmente decide arriesgarse, se endeuda, termina la carrera y se encuentra con que el mercado laboral no está tomando gente? ¿O sí efectivamente está tomando gente pero los sueldos no alcanzan para poder tener un nivel de vida digno que permita pagar ese préstamo?
    – Por último y yendo puntualmente a una visión económica «de mercado»: al decir que está bien endeudarse, estás tomando a la educación universitaria como algo completamente privado. ¿Y las externalidades positivas que ésto genera? La educación tiene un valor social superior a lo que refleja su precio de mercado, por lo que, si bien no se consideraría un bien público, el Estado debería intervenir para hacer más accesible este servicio.
    Saludos.

    • mgeiras dice:

      Best, no era mi intención entrar en el detalle de cómo diseñar un sistema «cuasi» de mercado (porque por ejemplo me parece que hay tantas distorsiones que es necesario establecer regulaciones, y no aceptaría universidades con fin de lucro), pero te trato de contestar tus interrogantes:
      1) La idea es que te endeudás en función de tus ingresos futuros, no tu situación corriente. Si una persona de pocos recursos va a la institución que provée los créditos (unversidad, banco, etc.) y muestra que tiene buenas notas en el secundario obtendría el crédito. Porque se le presta a mediano/largo plazo.
      2) Esto entra en las excepciones que hay que considerar. Si uno no encuentra trabajo por cuestiones idiosincráticas tendría que pedir la «bancarrota», si ocurre por fluctuaciones agregadas (a nivel nacional o sectorial) entrarían a jugar los seguros que menciono en la nota. Pensá que esto es similar a pedir un crédito hipotecario. Si tengo problemas personales pierdo la casa, si hay un shock agregado se establecen mecanismos compensadores (pesificación acá en 2002, o ayudas en EEUU luego de 2008).
      3) Las externalidades positivas se internalizan poniendo subsidios a cargo del Estado que reduzcan el arancel a pagar por debajo del costo real de formar un alumno. En ciertos casos es posible que el subsidio óptimo sea tan alto que la universidad termine siendo gratuita. No creo que sea el caso en Chile (y tampoco me parece que sea el óptimo para Argentina, pero ese es otro tema).
      Saludos.

  2. Best Seller dice:

    1) En serio vos pensás que una persona cuyos ingresos familiares sean, ponele de $2000 pesos argentinos al mes (siendo muy optimista para una persona de bajos recursos), por más que tengan 10 de promedio algún banco le daría un préstamo?
    2) La casa siempre gana. Si no encuentro trabajo, quisiera saber si el banco va a quedarse de brazos cruzados sin cobrar la plata. Y los ejemplos que ponés son de períodos de crisis. Aún en tiempos normales muchas veces es difícil para un recién graduado conseguir un trabajo remunerado acorde a sus conocimientos.
    3) Acá creo que estamos casi de acuerdo. Aunque en mi opinión la externalidad es lo suficientemente grande como para que haya (por lo menos una por provincia) universidad pública.
    Saludos.

    • mgeiras dice:

      Best,
      1) Depende de las instituciones del país. En EEUU y en Chile un préstamo privado para educación es factible. En Argentina hoy no.
      2) Te repito, si una persona no encuentra trabajo en condiciones normales debe pedir la quiebra (obviamente un crédito bien diseñado te permite un período de gracia desde que te recibís hasta que debés empezar a pagar para reflejar las fricciones de búsqueda en el mercado laboral).
      3) El tema de si la universidad debe ser pública y/o privada es aparte. Yo creo que es bueno, y necesario, que haya universidades públicas (además de las privadas). También creo que el ser públicas no implica directamente que deban sean gratuitas.
      Saludos.

  3. ayj dice:

    en fin, no voy a entrar en esta discusion, yo di examen y cupo, asi que para mi la universidad debe ser gratis con examne y cupo, el mercado debera decir cuantos de cada cosa y el estado promocionar lo que crea que falta.

    los prestamos, me extraña Eiras, solo hacen aumentar la cuota, sino, fijate el costo en USA, mas prestamos, mas cara la cuota, y asi siguiendo, la estadistica muestra eso facilmente, asi que los prestamos TAMPOCO sirven

    por otro lado, Milton NO invento lo del almuerzo gratis, solo lo dijo en un contexto extraño, la fuente mas rapida que encontre fue esta, para que no sigan diciendo, bueno, inexactitudes

    http://en.wikipedia.org/wiki/There_ain%27t_no_such_thing_as_a_free_lunch

    saludos

  4. Ecónomo dice:

    No es que necesites defensa Martín, pero quise dejar asentada mi posición al respecto también.
    En los comentarios Larry no fue tan cordial como en su post, cosa que no me resultó demasiado agradable.
    Abrazo,

    http://teoria-economica.blogspot.com/2011/08/almuerzo-gratis-para-chile.html

  5. Best Seller dice:

    Algo relacionado con lo que mencioné antes que salió en The Economist (cortesía de ayj):

    http://www.economist.com/node/21528226

    • mgeiras dice:

      Y si, este es un fenómeno global acelerado por la crisis. Tener un título universitario ya no es garantía de éxito en el mercado laboral. Saludos.

  6. Gonzalo W Costa dice:

    Me parece que el comentario de BS y otros que se han leido en los diarios muestran un total y absoluto desconocimiento del tema. En el caso de Chile, una de las características de su sistema educativo es el denominado voucher educativo, el cual se instauró en 1980 y se mantuvo con diversas modificaciones durante los gobiernos de la Concertación. Incluso las declaraciones de la denominada lider chilena, CV, son erroneas, ya que afirma que ningun pais del mundo tiene ese sistema. Para ello un muy buen comentarios en El Cronista de hoy (http://www.cronista.com/opinion/Chile-y-Suecia-dos-caras-de-una-misma-moneda-20110906-0056.html) se destaca que en 1995, el hoy Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, se preguntaba, «¿cuántos de los lectores de este artículo saben que en Suecia funciona desde hace años y con absoluto éxito el sistema de vouchers escolares para estimular la competencia entre colegios y permitir a los padres de familia una mayor libertad de elección de los planteles donde quieren educar a sus hijos? Yo, por lo menos, lo ignoraba. Antes, en Suecia, uno pertenecía obligatoriamente a la escuela de su barrio. Ahora, decide libremente dónde quiere educarse, si en instituciones públicas o privadas -con o sin fines de lucro- y el Estado se limita a proporcionarle el voucher con que pagará por aquellos servicios. La multiplicación de colegios privados no ha empobrecido a las instituciones públicas; por el contrario, la competencia a que ahora se ven sometidas las ha dinamizado, ha sido un incentivo para su modernización». Al igual que Vargas Llosa, lo desconocía