No hubo grandes sorpresas en las elecciones de ayer. Y todavía no hay sorpresas en materia de política económica. Mientras esperamos que se vaya disipando la incertidumbre, lo que debería ocurrir de acá a un mes a más tardar, podemos delinear tres escenarios externos para el país y las posibles respuestas del gobierno.
El primer escenario es el de boom. Las economías desarrolladas logran resolver sus problemas (e.g. el BCE decide impulsar una política expansiva agresiva) y el crecimiento retoma al ritmo que tenía a fines del año pasado. En el otro extremo un segundo escenario de crisis de credibilidad en el sistema financiero derivada de problemas de deuda soberana implica una fuerte contracción de la demanda agregada como observamos a fines de 2008. El escenario intermedio, que considero más probable, es la continuidad de la desaceleración actual del mundo. EEUU y Europa solamente consiguen poner parches cada vez que sus problemas se agudizan. Considerando que están ante los coletazos de una crisis de sobreendeudamiento esto implica un período prolongado de crecimiento mediocre.
En el primer escenario la demanda por nuestros productos aumenta y le da al gobierno margen para seguir con pocas correcciones al «modelo». El segundo escenario implica una fuerte contracción de la demanda agregada como observamos a fines de 2008. En este caso el país no podría evitar una recesión, la cual estaría agudizada por la menor cantidad de colchones preventivos (reservas, activos líquidos expropiables, etc.). En este escenario no veo al gobierno siendo capaz simultaneamente de realizar el ajuste que sería necesario preservando su capital político (no lo pudo hacer en 2009 y perdió las elecciones legislativas). Por ende no creo que se esté preparando para él mismo, lo cual es consistente con la negación del posible contagio del país a la crisis internacional por parte de Cristina durante la campaña.
En el escenario intermedio Argentina enfrentaría un panorama complejo, pero no imposible, con la soja a valores altos pero no recontra altos, y mayor competencia de Brasil (por la depreciación del real). Se requerirían correcciones al modelo como la eliminación de gran parte de los subsidios energéticos, un deslizamiento del dólar, y una política monetaria y fiscal más contractivas (pero sin llegar a ser un ajuste fuerte). Este escenario requiere un ministro de Economía en serio y no uno decorativo, lujo que Cristina solamente se puede permitir en el escenario de boom.
Si el gobierno toma en serio los desafíos que enfrentaría en los próximos años, y no se duerme en los laureles de la victoria de ayer, debería ponerse a trabajar en un plan económico adecuado al escenario intermedio. Lo más probable es que no lo haga hasta último momento, esperando ver si el resto del mundo ayuda con más viento de cola, permitiendo que la fiesta continúe.
Economía Posible 
Marcó del Pont, Lorenzino, o Bossio. Alguno te parece a la altura del «desafío»? Me parece que hasta en el escenario intermedio van camino a chocar la calesita. Saludos.
Matías, más que un nombre en particular lo que importa es el enfoque que tenga el equipo. En el caso Marcó del Pont no creo que el equipo que la rodea pueda enfrentar con éxito el escenario intermedio (basta ver los desaguisados que plantea la UIA con desdoblamiento del mercado cambiario a la cabeza), pero los otros dos nombre que proponés me parece que sí. Saludos.
Personalmente no creo que sea tanto una cuestión de nombres como de que es lo que realmente ella quiera hacer. A ver, supongo que no pondrá a nadie con peso propio (lo que sería recomendable para encarar cualquiera de los procesos que mencionás) y, de hecho, no creo que ni siquiera quiera opacar la figura de Amado, lo que nos complica bastante.
De todos modos creo que si realmente quisiera encarar un proceso de estabilización podría encontrar el perfil adecuado, el poder lo tiene (de sobra). Saludos.
Daniel, el poder hoy lo tiene, y si lo quiere conservar en lo que llamo el escenario intermedio lo puede hacer sin problemas. En el mal escenario no podría estabilizar la economía (no tendría la credibilidad necesaria) y licuaría su poder político. Marcar esta distinción es el punto principal del post. Saludos.
Quisiera preguntar: ¿Por qué decís «la negación del posible contagio del país a la crisis internacional por parte de Cristina durante la campaña»? ¿Una especulación o un dato concreto? Además ¿cómo es que no importan los nombres (y asumo que por lo tanto las personas que ellos sirven para nombrar) pero Amado no, y el equipo de Marcó del Pont tampoco? Por último ¿están tan seguros de haber hallado la variable independiente del poder político allí donde la indican?
Saludos
peter, en la campaña se afirmó que el país estaba «blindado» ante la eventualidad de una crisis internacional (solo en los últimos días se reconoció que no era tan así). El tema del nombre del eventual ministro tiene que ver con la concepción de Néstor y Cristina de nombrar a una persona que no tenga la personalidad suficiente para imponer un criterio propio, en particular después del conflicto con el campo y la batalla cultural (eufemismo para amordazar a los medios). Obviamente detrás del ministro hay un equipo de trabajo y un programa económico que presumiblemente difieren entre las opciones y reflejarán las creencias que Cristina tenga de qué, cómo, y cuánto se puede hacer.
Vos hablabas de Cristina ¿cuando -pregunto por el momento- ella sentenció lo que le adjudicás? Yo no se lo escuché negar.
Interesante cómo pasamos del enfoque a la personalidad: me hace acordar a las discusiones que van cambiando a medida que transcurre el tiempo pues el argumento se ve insostenible si no se cambia a qué se refiere (lo cual, por otra parte, no lo hace más sólido, queda claro). Pero entonces pregunto ¿por qué debería «imponer un criterio propio» un ministro a su presidente, el único de los dos electo por el voto? Ya que mencionás el conflicto del campo: según los análisis económicos ¿a esta altura no tendríamos que estar importando carne y trigo?
No me parece valga la pena detenerse mucho en eso de «amordazar a los medios», metáfora pedestre si las hay…
Saludos
Criterio: capacidad o facultad que se tiene para comprender algo o formar una opinión. En la medida que gobernar un país es algo complejo, y se hace (o debiera hacer) en equipo, es importante que el ministro de economía pueda, en determinadas circunstancias, imponer su opinión por encima del presidente que no está igualmente capacitado. No es necesario forzarle a hacer algo, simplemente si el ministro tiene reputación un conflicto entre ambos que termine con la salida del ministro puede tener costos políticos sobre el presidente. Para evitar esto los Kirchner han nombrados personas sin personalidad, sin reputación.
Bueno, asumo que ya no te parece importante lo que afirmaste en un primer momento (para luego contradeirte) respecto de los nombres, así que pasemos a lo del criterio. No se de donde sacás tu definición. En las ciencias, por ejemplo, criterio suele referir no a una facultad sino a un principio o regla que permite discernir o categorizar, o que se puede aplicar a un determinado caso. Pero más allá de eso, celebro que hayas condicionado la «imposición de criterio» por parte del especialista a «determinadas circunstancias». Ahí cambia. Igualmente, hay que tener en cuenta que la autoridad máxima es el presidente, no el economista (a menos que sea uno que tenga superpoderes… pero ni aún así de todas formas).
Volviendo a los nombres lo que decía de “la negación del posible contagio del país a la crisis internacional por parte de Cristina durante la campaña», si querés insistir con el tema tomalo como verificado en tanto nunca dijo eso explicitamente ella. De manera que si sos purista mi afirmación es estrictamente correcta. Y con respecto a «criterio», si querés encontrarle la quinta pata al gato es el nombre de una revista con lazos a la iglesia católica.
[…] semana pasada escribí una primera nota especulando sobre las medidas económicas del tercer gobierno kirchnerista. Me concentré en tres […]