Should I stay or should I go

La canción de The Clash suena fuerte en las usinas del kirchnerismo. Ayer el diputado Máximo Kirchner renunció a la jefatura del bloque del oficialismo en Diputados porque no apoya el (principio de) acuerdo con el FMI. Siguiendo el ejemplo de su madre utilizó una carta.

Sería más que incorrecto aferrarse a la Presidencia del Bloque cuando no se puede acompañar un proyecto de una centralidad tan decisiva en términos del presente y los años que vendrán. Algunos se preguntarán qué opción ofrezco. En principio, llamar a las cosas por su nombre: no hablar de una dura negociación cuando no lo fue, y mucho menos hablar de beneficios. La realidad es dura. Vi al presidente Kirchner quemar su vida en este tipo de situaciones.

Parece que la alegría del (principio de) acuerdo con el FMI le duró poco al gobierno. Algo a lamentar porque un acuerdo es bueno para el país, y también para el gobierno (y la oposición). El año pasado escribí este post en el cual decía que el gobierno podía sostener una dualidad de ejecutar el ajuste mientras lo criticaba.

Hay un rango de políticas y acciones en el cual se puede acordar un ajuste que Alberto Fernández y su gobierno defienda y Cristina y el kirchnerismo denuncie como una extorsión que no se puede evitar (indicando su deseo de volver a conquistar la independencia perdida). Lo importante será que todos los legisladores del oficialismo voten las medidas económicas que el presidente y sus colaboradores propongan. Porque la opción de la «gran Chacho» está fuera de ese rango mencionado: Cristina can’t have her cake and eat it too.

Por un lado el «peronismo racional» no querrá quedar como el único responsable del ajuste ni la oposición querrá apoyar el acuerdo cuando una fracción del gobierno no lo hace. En cuanto a JxC tendría que fijar una posición que acorrale a los díscolos kirchneristas y de paso ayude a formar consensos hacia adentro.

Primero habría que afirmar algo así como que se apoya cualquier acuerdo con el FMI que tenga el respaldo de todo el oficialismo. No es una carta en blanco. Al estar el FMI involucrado se tiene cierta garantía de racionalidad económica (sin soñar con que el peronismo entregue el poder con la macro ordenada). Al involucrar a todo el oficialismo se comparten los costos políticos del ajuste.

Luego habría que ver cómo plantarse en el Congreso para materializar esta postura. Lo que JxC debe evitar es que a la hora de votar los kirchneristas lo hagan al final y voten todos en contra, con el apoyo de la oposición asegurando el acuerdo.

Por ejemplo habría que supeditar el quorum a la presencia de toda la bancada oficialista en el Congreso permitiendo la ausencia de, digamos, tres diputados por viajes a Alemania o Disney (suponiendo que en la Cámara Baja se vote primero). Luego, habría que condicionar el accionar para que por cada abstención del oficialismo se retiren del recinto uno o dos diputados de JxC. Y por cada voto en contra cinco o más.

Finalmente, si no se pudiera acordar el orden de votación para que los diputados más ultras del kirchnerismo voten primero, ningún senador de JxC debiera dar quorum en caso que los K sorprendan y voten en contra una vez garantizada la media sanción.

Repito que el acuerdo es positivo para el país, el gobierno, y para JxC. Pero no hay que ser ingenuos y facilitar su sanción si no se compromete el voto favorable de (casi) todo el oficialismo. Todo ajuste tiene costos y no se deber permitir que el kirchnerismo (y de esta forma el gobierno, del que forma parte) eluda pagarlos. Que la canción de The Clash también suene en el Congreso.

2 Responses to Should I stay or should I go

  1. Walter Gonzalo Costa dice:

    Ahora bien, la nota es muy buena, certera . . pero ¿hay alguien dentro de esta cupula negra donde se escudan burocratas-politicos-funcionarios que tenga la capacidad intelectual y personal para llevarlo adelante? Da la sensación que la ignorancia irresponsabilidad le allana el camino a los que buscan la impunidad y lideran la corrupcion.

    • mgeiras dice:

      Gonzalo, no soy optimista, pero tampoco pesimista. Diría que me estoy volviendo insensible en cuanto a la Argentina respecta.
      Saludos.